POR ROBERTO GUILLEN
Que tal, queridos lectores, vengo llegando del evento que le organizó su familia y amigos a mi camarada Nacho Zapata, en su quinto aniversario luctuoso, celebrado en un bello espacio arquitectónico del centro de la ciudad, que, según me cuentan, rentó el magnate Malaquías Aguirre para apoyar al movimiento de López Obrador.
La neta es que esperaba encontrar más figuras de la lucha social, o de la participación ciudadana, pero no fue así. Por ahí me encontré a Rocío Montalvo y Arnulfo Vigil, organizadores del evento. Me hubiera gustado haber encontrado más jóvenes, más rostros de la actual generación. Creo que la trayectoria de Nacho Zapata es un gran ejemplo para todos aquellos que buscan transformar el estado de cosas en México. Los que lo conocimos y participamos en sus luchas, sabemos de su gran valía y compromiso.
En mi caso, bien lo podría definir con una palabra: Entereza…
Volviendo al bello recinto donde se realizó el evento, cuyos interiores fueron decorados con la obra de diversos artistas de la ciudad, le comenté a Vigil que ya hacía falta un espacio así para incentivar un movimiento cultural en la ciudad. Pero de inmediato el poeta me bajó de la nube para decirme que tan solo se trataba de una coyuntura política, que una vez concluida la feria electoral todo vuelve a la “normalidá”