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NO SE VALE LA IMPUNIDAD…

NO SE VALE LA IMPUNIDAD…

POR DANIEL BUTRUILLE

 

Es de suponer que AMLO y su futuro Secretario de Hacienda, Carlos M. Urzúa M. están enterados del estado de las finanzas públicas. Y que a pesar de esto son capaces de externar optimismo y confianza en el futuro. Es de suponer que saben que al finalizar mayo, el crecimiento del gasto federal respecto al año anterior es de 9% (en términos reales), mientras el crecimiento de los ingresos es de 1.1%. El motor del gasto es el costo financiero, 22% real en un año, y el gasto programable, responsabilidad de Sagarpa y del Ramo 23, a consecuencia del uso de recursos públicos con fines político-electorales. (Información obtenida de México Evalúa, de Luis Rubio y socios). En términos reales, la deuda pública se incrementó en 164.8 mil millones de pesos (más de una y medio veces el presupuesto del Estado de Nuevo León) para alcanzar 10 billones 156 mil millones de pesos. Ahí no muere: la SHCP pronostica que para fines de 2018, alcanzará 10 billones 649 mil millones de pesos. Dos veces el presupuesto anual del gobierno federal; 50% del PIB. De los cuales el 37% está denominada en moneda extranjera. En el mes de mayo de 2018, los egresos superaron los ingresos en 112.6 mil millones de pesos, (nuevamente, más que el presupuesto anual del estado de Nuevo León). El gasto de inversión física del Gobierno Federal incremento en 16% con respecto a 2017, alcanzando un cifra de 163.9 mil millones de pesos, pero preocupa seriamente que una gran cantidad de este gasto se destine a fideicomisos públicos, cuyo manejo sigue siendo bastante oscuro. El Gobierno de Peña Nieto se apoyó en exceso en los ingresos generados por el Remanente de Operación del Banco de México, fruto de una devaluación de casi 50% del peso mexicano entre el inicio de la administración de Peña Nieto y mayo de 2018. Sin contar que en las cuentas de la administración financiera federal, la subestimación de ingresos continúa siendo una práctica recurrente (y tramposa). No cabe duda que la búsqueda del poder obliga a tragar muchas culebras y a jugar riesgos muy altos, con tal de gozar de la capacidad de tomar decisiones y de apostar por un futuro mejor. El PRI de Peña Nieto, con la benevolencia ciega del PAN y del PRD apostó a finanzas artificiales, y a un endeudamiento continúo del País. Perdieron su apuesta, pero no podemos permitir que abandonen la mesa del casino impunes y sin culpas. Luis Videgaray, José Antonio Meade y José Antonio González Anaya contribuyeron en forma desalmada a este desastre financiero. Es necesario llamarlos a cuenta. Claro, junto con Enrique Peña Nieto. No se vale la impunidad, ni los perdones pregonados por el presidente casi electo. Ni para malos manejos, ni para tantas estafas maestras que dejan el país al borde del precipicio financiero. Y la clase política indecentemente rica mientras el pueblo está indecentemente pobre. No querían a AMLO. Sin embargo, no dejaron de invocarlo durante los últimos seis años. Y ahora lo dejan encargado de solucionar el mugrero. Encantados ellos y felices de la vida. Ahora podrán ir a disfrutar el producto de sus desvíos, para no decir de sus robos descarados. AMLO tiene mucho trabajo por delante. Que no se le olvide los castigos a los responsables y a los culpables. butruilled@hotmail.com

Roberto Guillen

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