POR JOAQUIN HURTADO PEREZ
B. sufría violencia, depresión y alcoholismo por estar en el subempleo o de plano en el desempleo. Un día llegó feliz porque al fin consiguió chamba en una fábrica de productos químicos. Todos lo felicitamos. Mi mamá le dijo que se portara bien con el jefe y se esmerara en la puntualidad. El patrón le dio una palmadita como agradecimiento cuando mi hermano se ofreció a lavarle el coche. Luego el patrón pidió que también lavara, sin pago extra, el coche de sus secretarias, de sus compadres y hasta de sus hijos. El día que mi hermano se negó, lo corrió. El patrón lo regañó, no aceptaba tener entre sus empleados a personas que consideraban humillante el trabajo de lavacoches. Cristo fue carpintero y era el hijo de dios, le dijo. Al día siguiente mi hermano se trepó en un tren y no paró hasta llegar a Chicago. Si mi hermano pudiera votaría por AMLO, porque es el único que busca cambiar el régimen actual y luchar contra el sistema de privilegios donde los de arriba se aprovechan siempre de los de abajo, a cambio de migajas o una palmadita en el hombro. Mi hermano puede estar equivocado, pero como ilegal nunca deja de soñar con regresar a México, aunque allá le pagan muy bien por lavar y arreglar coches en su tiempo libre.