POR ARISTEO JIMENEZ
En lo alto del cerro del Topo Chico vive un hombre de edad avanzada y su burro Claudio. Los fines de semana carga cajas con hielo y cervezas que sube hasta las chozas construidas con pedazos de madera y ramas, que están escondidas en cañadas, entre arbustos y grandes peñascos de mármol negro.Allá arriba no llega el crimen organizado ni la policía. Hay corrales donde se crían cerdos y gallinas, las mujeres cultivan plátanos, tamarindos, zapotes y hierbas aromáticas y de uso medicinal, para usarlas en sus dolencias y males del cuerpo..Claudio aparte de subir cerveza traslada comestibles,niños pequeños y gente inválida y de edad avanzada. Por la madrugada baja enfermos y lleva medicinas.Estos asentamientos urbanos no figuran en mapas. Sus pobladores son originarios de Veracruz y Tabasco.Un día me encontré a Mayelo, el dueño del asno, nos tomamos unas virongas en la Cervecería La Bloquera, me dijo que al borrico le puso ese nombre en honor de Claudio Tapia, un gran luchador social que conoció hace algunos años en la macroplaza, cuando daba un discurso sobre la depredación de las montañas de Monterrey.