POR DANIEL BUTRUILLE
El resultado de las elecciones “democráticas” para alcaldes de Monterrey y de Guadalupe está en manos de tres jueces del Tribunal Estatal Electoral. Lo que un millón de votantes decidieron, de manera apretada, pero lo decidieron, tres individuos, nombrados por la partidocracia, lo pueden ratificar o alterar. En Guadalupe y Monterrey, menos de 57% de los electores acudieron a las urnas. En ambos casos, según la CEE, el PAN ganó con menos de 30% de los votantes. Es decir que ningún municipio, hubo una decisión apoyada por el 20% de los ciudadanos. Obviamente la decisión del TEE, todavía sujeta a revisión, puede darle oxígeno al PAN o enterrar al PRI, o viceversa. La realidad es que en los dos casos, significa un golpe mortal a la verdadera democracia, la cual exige, por simple claridad y por elemental decencia, una segunda vuelta electoral para forzar a los electores a pronunciarse de manera más clara sobre premisas más simples. La partidocracia gusta de jugar a la ruleta rusa, siempre y cuando las pistolas estén trucadas. Que ganen los azules o los rojos. Que pierdan los rojos o los azules. En ambos casos, pierde la democracia. En ambos casos, gana la burla de un proceso electoral costoso que solamente ayuda a definir quien disfrutará del botín. butruilled@hotmail.com
