POR ROBERTO GUILLEN
Ahhh…el Coraje de seguir siendo
La Dignidad por no quedarse atorada entre las mayorías
La sensación de sentirse extraña entre los dineros ajenos de un Santander y decir:
¡Pero que demonios hago aquí!
No pudo con la rugosa convencionalidad. Que también se fue al Banco Azteca para formarse entre los ejércitos de la gente normal, pero no, no, no… Alejandra Paradoja me cuenta que de chavita pintaba los tacones de los zapatos de su mamá, para después pegarlos y expresar su propio Lenguaje.
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En el café Koala también nos acompaña el pintor Roberto Cordero, quien de inmediato observa una Sensibilidad que le es familiar, y que escapa de la cotidiana cuadrícula social. Ella nos muestra parte de su obra a través de su celular, mientras nos habla de su inquietante sed por Crecer, por salir de Montemorelos y conocer otros colores de los escenarios del mundo. Le hablamos de San Carlos, de la fiebre artística que danza bajo el cielo de Guadalajara…
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Desde su Nobleza, Alejandra Paradoja extrae una obra enrollada en su bolso para obsequiárnosla:
Es un cartoncillo donde aparece la Ternura de una Mujer emergiendo de un jarrón… Ha venido desde Montemorelos para ampliar las ventanas de su Destino, para derribar sus limitantes que la reducen a un instrumento, a un “para”, en sínteis, a una cosa…
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El próximo 21 de octubre presenta su obra en Linares…
Seguiremos informando