POR DANIEL BUTRUILLE
¿Qué se puede esperar de un candidato a la presidencia de la República que empieza su campaña pidiendo perdón por haber engañado a los ciudadanos que confiaron en su palabra? El mentiroso miente, mintió y volverá a mentir. No hay seriedad. ¿Qué se puede pensar de un candidato que promete bajar el IVA del 16 al 10 por ciento, sin aclarar cómo compensará esta pérdida de ingresos? ¿Eliminando todos los delegados federales, globalmente calificados de “huevones” y quitando prerrogativas a los partidos políticos? ¿Piensa reformar el pacto federal? No hay seriedad. ¿Pedirá a los alcaldes y gobernadores que le acarreen burócratas y funcionarios públicos en todos los pueblos y lugares públicos donde se presentará con Tornado y sus colegas? ¿O hará su campaña por Facebook para no exponerse a encontrar auditorios vacíos, o solamente lleno de un público interesado en admirar a Tornado? No hay seriedad. La duda seria es ¿quién paga por este despliegue de recursos, y quién sostendrá este circo durante seis meses? ¿Desde su cárcel de Nueva York, el ex fiscal de Nayarit todavía le puede hacer llegar recursos, o seguirá vendiendo nueces y animalitos para pagar un asesor jurídico de tiempo completo, y un equipo de consejeros que incluyen varios ex funcionarios cuyas remuneraciones rebasaban ampliamente los cien mil pesos al mes? La única certeza es que le aportará colorido y folclor a la campaña y que con toda seguridad reunirá buen número de periodistas extranjeros que querrán difundir la imagen de este vaquero en chaleco de cuero que cabalga una montadura equipada cibernéticamente. Gracias a él, México ocupará algunas columnas en los periódicos del mundo y se reforzará la imagen del mexicano con su sarape dormido al pie de un cactus. ¡No habrá seriedad! Urge aprender a distinguir entre democracia y demagogia. butruilled@hotmail.com