POR ROBERTO GUILLEN
Si la metástasis de la corrupción y la impunidad sacuden a la nación hasta la médula, es preciso informar, queridos lectores, que hay personajes de la sociedad civil que auténticamente y de manera valiente, le dicen NO a la feria de tunantes que tejen su andamiaje nacional de corruptelas, sin que el mentado ministerio público los toque con la hoja de una denuncia judicial.
Se trata de Carlos Meléndez, quien tras ver como los compañeros de su partido, el PAN, se corrompían igual o peor que los priistas, terminó por abandonar esa estructura que un día fundó don Manuel Gómez Morín:
No, ya no tienen vocación de Servicio
LLegan al Poder para enriquecerse lo más rápido posible
No tienen Ideología
No tienen Principios
No tienen base moral
Así describe , el Denunciador, a los descafeinados políticos de nuestro tiempo.
¿Raul Monter?
¿Rolando del Regil?
¿Larrazabal el oaxaqueño?
¿Margarita Arellanes?
¿Chema Elizondo?
¿Victor Fuentes?
¿Maderito?
¿Dionisio Herrera?
¿Gabriel Navarro?
¿Victor Pérez?
Bueno, para acabar pronto, El Denunciador no deja títere con cabeza:
En este país no pasa nada
Más tarda uno en poner la denuncia que al malandrín lo absuelva el juez. Porque vienen los billetes y hasta ahí llegó.
Es decir, todo se negocia como en un tianguis persa.
Don Carlos ha hecho de la Denuncia el madero de su razón de ser, tan es así, que ha padecido los estragos del ogro filantrópico. Se quita la boina y nos muestra las huellas de las madrizas que le han puesto por andar denunciando a la feria de pseudofuncionarios.
Ahora se propone evidenciar las triquiñuelas del Grupo Allende, pero se ha topado con pared, porque resulta que quienes despachan en la Comisión de Transparencia le deben su cargo al PRIAN.
Es decir, en este país no sigue pasando nada…