POR ROBERTO GUILLEN
Al igual que Pedro Kumamoto, el joven diputado Samuel García representan el rostro de una nueva generación, cuya gran tarea es movilizar a la juventud e interesarla en la cosa política, pero no con un pernicioso sentido patrimonialista, tal como lo han venido haciendo priistas y panistas, quienes a parte de pasarse el chicle de la componenda, durante el día se desgreñan en el pancracio de los congresos, y durante la madrugada se tapan con la misma cobija.
Han sido más de 150 años de arreglos en los oscurito, por lo que resulta mayestático la valentía y voluntad de esta nueva generación de políticos, que irrumpen entre una danza de alacranes que menudean entre la impunidad y el circo de la simulación.
¿Cuándo habíamos visto a un diputado recabando firmas contra la mexicanísima corrupción? ¿Cuándo habíamos visto a un diputado con todas las pilas empeñado en construir herramientas de participación ciudadana, como lo es la revocación de mandato?
De tal manera que la lucha de Samuel García ha sido enfrentarse a una horda de retardatarios, que ni siquiera representan a quienes les brindaron el voto y la curul que ocupan. Y más bien les pagan con la soberbia del olvido, y en el mejor de los casos, con migajas tal como lo hacen los del grupo “Atracomulco”, cada vez que hay feria electoral en el Estado de México.
De tal manera que resultan obvios los ataques baratos tanto de plumíferos como demás personajes áulicos y godinezcos que pululan en los círculos del poder.
El rostro de una nueva generación se manifiesta mediante una participación activa y no precisa que una central obrera le venga a solucionar sus problemas con un pizarrón de kinder. El rostro de una nueva generación ha cincelado sus propias herramientas para transformar a su propia sociedad: La Ley de Participación Ciudadana.
El rostro de una nueva generación se interesa activamente por los problemas de la polis, e interviene directamente en ellos. No precisa de un cacique municipal que le venga a sobar la espalda y lo consuele con migajas…que habemus presupuesto participativo .
El rostro de una nueva generación no se explica sin el ejercicio de la Transparencia. En su gesto principal podemos leer un perentorio ¡Basta de corrupción! ¡Basta de impunidad!
La inexorable rueda de la Historia ya nadie la para…