ROBERTO GUILLEN
@PODERyBelleza
Quiero pensar que el mundo hipersensorial que nos brinda la escritora Marcela García Robles Gil, en su obra La Capsula K – Editorial Font-, es la resultante de habitar en las redes de la virtualidad. Inexorablemente somos rebotados a morder los muslos del Tiempo. Antes de estirar la madeja de la trama, se antoja decir que en las primeras 50 páginas nos encontramos con la grata sorpresa de ser mojados por una lluvia Narrativa intimista:
…y tuvo que cerrar los ojos para no dejarse llevar por la marea, sintió miedo de no saber sortear las olas del placer.
Si bien desde la primer página la autora nos sitúa en la siniestra Torre Gálata, donde se informa que se ha desplomado Andrés de la Vega, su linea narrativa privilegia la pulpa del lenguaje por encima de un manejo ramplón para enganchar al lector:
La Literatura como una exigencia existencial. Por los poros flota el misterio de beber las Letras de Marcela. Más allá de los escenarios tétricos que caracterizan a la novela negra, la autora nos ofrece un banquete de extraviadas sensaciones. Una invitación a tocar ,oler, lamer…el buffet de la Vida, que pareciera estar controlada por un taxidermista mundial.
***
«Las cosas triviales se vuelven fundamentales»
***
Sublime el drama de Rosa, una pintora donde palpita un pulso varonil. Sublime y sedienta por Ellas, que desnuda a las sacerdotizas de la secta secreta con el pincel, mientras ella se desnuda con la Verdad, ante Mónica la amante de Andrés que delira por la desaparición de su primer amor, que va como loca por la vida buscando una respuesta para salvar su Amor.
Así se confiesa la Soledad de Rosa la pintora:
La tarde comenzaba a caer y ya no había luz propicia para pintar, así que me perdí en la paleta de colores vivos. Aprecié el luto con que los aguacates visten el verde y la masculina obscenidad de los kiwis, el pudor de los tomates que parecen sonrojarse cuando son manoseados por los clientes. Ni que decir de la intimidad expuesta de los melones o la obscenidad de las rebanadas de sandìa.
***
Si en la Forma del Agua un monstruo marino redime el corazón de una intendente, el pensador Byung Chul Han nos habla de la agonía del Amor, una verdad latente en una secta secreta integrada por 12 mujeres que no precisan del sexo opuesto para ensayar un concierto sicaliptico. Pero el secreto se revienta cuando son balconeadas por la humana curiosidad. Y corre la sangre entre la gente «decente», entre las piernas de las instituciones «decentes». El Crimen como un performance del vacio.Como lo escribimos en el libro, Coctel de Letras, somos fantasmas huérfanos en perpetua colisión.
***
Si «el tiempo es un animal salvaje que nadie ha conseguido domar», pues entonces hay que continuar en busca de la piedra filosofal, que algunos equiparan con la Caspa del Diablo. ¿Qué brebaje le dio el Quijote a Sancho para vencer el Dolor? Si el Karamazov de Dostoievsi ha lanzado el banderazo para encapsular la realidad, para construirnos un mundo de probeta, mediante su conocida expresión Si Dios no existe, todo está permitido,entonces persiste el sueño por la panacea, la llave de oro,el santo grial,la Cápsula K.
+++
En cada uno de sus personajes, Marcela rubrica una literatura de lo confesional.Quizás Fermín Zaragoza resulta no solamente su personaje más logrado, sino una síntesis de la patología social que nos devora:
Mi escepticismo me ha privado de placeres mundanos, me niego a caer en los encantos de la alquimia del tiempo,al contrario, siempre me burlé de la posibilidad de detenerlo y la taxidermia es prueba de ello.
El taxidermista y suegro de Andrés, termina sus días en la más absoluta soledad de su laboratorio, tan solo acompañado por sus animales disecados…hasta que una buena tarde un extraño paquete llega a su casa y al abrirlo, descubre que es la cabeza de Olga, su ex esposa y dirigente de la secta secreta, quien junto con el resto de las sacerdotizas, son encontradas muertas para tapar el ahujero negro.
