POR ROBERTO GUILLEN
Definitivamente el Humanismo de la diputada Concepción Landa va mucho más allá de los partidos políticos, muchas veces cercados por la feria de presurientos intereses que terminan por delimitar la figura de todo liderazgo genuino. El caso es que hay que hacer algo y cerrarle el paso al cínico bipartidismo que ha hecho del quehacer político una dorada oportunidad para enriquecerse en tiempo record. Y hemos querido hacer un close up al ideario político de la diputada por el séptimo distrito que durante la entrevista nos ha remarcado su inquietante necesidad de “retribuir a mi país”, de “ponerse al servicio de los demás”, de “ser congruente en nuestro compromiso con la Patria”.
Instalados en la oficina que le asignó el Congreso del Estado, la conversación de inmediato ingresa a la nube de la cordialidad que distingue a quienes les asiste la vocación por el magisterio, como es el caso de la entrevistada, quien se ha desempeñado como maestra universitaria en el estado de Chihuahua.
A ella le interesa influir, ser un factor de transformación social. En su mirada oscila un imperioso anhelo por cambiar las cosas en su país, México. Pero en su mirada también espejea una sutil nostalgia por el estado decadente en que nos encontramos empantanados por una clase política mezquina, rapaz y hampona.
Ella se observa desde el aleteo de una mariposa como premisa para buscar la transformación de la sociedad. Es decir, el compromiso debe ir de lo personal a lo colectivo; de lo familiar a lo cósmico.
A concepción Landa le interesa que la Ley de Participación Ciudadana no sea letra muerta, es que decir, que se convierta en el catalizador de una sociedad activa y participativa.
Para Ella la Ley de Participación Ciudadana es una valiosa herramienta de transformación social y no una mera maraña de figuras legaloides para hacerse de la vista gorda… y que todo siga igual, o peor.
De tal manera que la interrogante resulta inevitable, porque nada surge por generación espontánea. Y a nosotros nos inquieta saber cómo es que se gestó la valiosa conciencia de una Mujer que estamos entrevistando y que vibra por México y su gente:
Fíjate que un ejemplo bien valioso que tengo, y que me ha influido mucho es mi abuelo, que lo tengo aquí, en esta fotografía, mira…
¿Y quien fue él?
Mi abuelo se llamaba Ignacio García Téllez, fue Secretario de Gobernación en el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas y fue el que firmó el decreto de la expropiación
Ooooorale, que interesante
Fíjate que el gobierno le extendió el reconocimiento de la medalla Belisario Domínguez, pero la rechazó porque ya se la habían dado a Fidel Velázquez…
¿Alguna vez se ha desesperado por estar enfrentando al monstruo de la corrupción, un pulpo que extiende sus tentáculos en todas las esferas del poder?
La lucha que estamos dando no es fácil, pero tengo una frase que me anima y que siempre la llevo conmigo, que es resistir, persistir, pero nunca desistir…
