POR ROBERTO GUILLEN
Queridos lectores:
Permítanme presentarles el perfil de una figura del activismo social en Monterrey, que más allá de la feria electoral, se ha ido fraguando un prestigio y una jerarquía en cuanto a enfrentar y denunciar los atropellos y/o abusos, tanto de las autoridades como de los llamados «desarrolladores», que no son otra cosa que una fauna de zopilotes voraces y depredadores. Y como la mancha urbana se ha ido extendiendo hacia las márgenes del área metropolitana, pues ya les urge clavar sus tentáculos en esa bella tierra de Dios, que llaman Santiago, N.L.
Y ha sido la voz permanente de Pepe Múzquiz, la voz de la indignación que se ha ido al Congreso del Estado para hacer un llamado a la Secretaría de Desarrollo sustentable, de tal manera que se emita una suerte de extrañamiento contra la voracidad de los desarrolladores, que bajo el marbete comercial de «Cielo Mágico» ya edulcoran a la población para concretar sus ambiciones.
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«La manera más siniestra de darle en la madre a nuestros pueblitos, es endilgarle la etiqueta de «pueblo mágico», frase escuchada en una tertulia entre camaradas de la resistencia, celebrada en el Huerto de los Leones.
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Y es que, nos informa el activista Múzquiz, ya suena la danza de los millones, ya suenan los «cañonazos» que la prostituta condición humana no suele resistir, no le hace que con la implementación de sus mentados «distritos» Nuevo Santiago y La Boca-Cercado, le den en la madre al bello inmueble de la otrora Fábrica El Porvenir, que data de 1871. No le hace que con las pretendidas modificaciones destruyan el hàbitat natural de miles de santiaguenses y terminen por colapsar a la carretera nacional…si ya de por si…
¿Y el INAH?
¿Y las leyes ambientales?
Una vez más nos encontramos ante una Defensa de la madre Tierra, porque como bien lo dice Pepe Múzquiz, la riqueza está en la Tierra…
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Pepe nos clara que él no esta en contra del crecimiento y el progreso, sino contra la voracidad de unos depredadores millonetas que sin orden ni planeación, le quieren dar rienda suelta a la maquinación de sus ambiciones…