POR RAÚL A. RUBIO CANO
El área metropolitana de Monterrey es un territorio en franca resistencia desde hace mucho tiempo, no por algo ha sido la cuna de grandes dirigentes obreros como el caso de un Valentín Campa (ferrocarrilero), Juan Manuel Elizondo (minero), Félix Torres (electricista), entre otros. Monterrey ha sido clave para conformar un sindicalismo que enfrentó el poder del Capital y la necesidad de crear un país llamado México, salido de la Revolución de 1910. Igualmente, ante la represión al movimiento estudiantil en los años sesenta y principios de setenta del siglo pasado, como a otros movimientos populares y, la llegada de las políticas neoliberales a nivel planetario, Monterrey da elementos juveniles de reconocida capacidad teórica y orgánica y conforman grupos armados que terminarían en dos grandes experiencias como lo fue la Liga Comunista 23 de Septiembre, donde un Raúl Ramos o, su máximo dirigente, al integrarse esta organización en 1973, Ignacio Salas Obregón (Nacho, o el Oseas), egresado del ITESM, serán claves y, por otro lado, las Fuerzas de Liberación Nacional, con el legendario César Yáñez (el Hermano Pedro), organización Madre que en 1984 permite el surgimiento del EZLN. Como diría la economista Rosa Albina Garavito: “A una burguesía cabrona, le corresponde un proletariado cabrón”. ¡Resistencia! Así ha sido la historia de estas tierras desde hace más de 400 años, cuando llegaron los españoles (portugueses) a hacer de las suyas con las riquezas naturales y sus pobladores originarios, todo a la luz de la Cruz y el corte de la espada. En 200 años prácticamente exterminaron a los naturales de la parte central del Nuevo Reino de León y ante la demanda de brazos para el trabajo agrícola por la llegada de las Reformas Borbónicas y la primera Revolución Industrial (1750); pues, en 1783, según un Oidor de la Nueva España, informaba a sus superiores que el 50 por ciento de la población en Monterrey eran Negros, recién traídos de África; el 15 por ciento Lobos (indio y negro); el otro 15 por ciento Mulatos (blanco y negro); otro 15 por ciento eran Blancos y 5 por ciento Indios. Así las cosas, ahora, con la brutalidad de la llegada de las políticas económicas neoliberales y la destrucción del Estado Benefactor, ante el arribo de verdaderos saqueadores de todo, tenemos que resistir todos (peor que los negros del siglo 18) desde condiciones de pobreza extrema, hasta un envenenado aire que respiramos todos los días; por eso, la gente ha dicho ¡Basta! y por eso, desde la colonia Independencia hasta el mismo San Pedro, la lucha ¡Va! Y, si hay alguien que conozca de resistencias contra invasores y malos gobiernos en más de 500 años, son los Pueblos Originarios; por eso, hoy llega Marichuy, ella es la representante del Consejo Indígena de Gobierno, del Consejo Nacional Indígena, viene a conocer la resistencia de la Independencia, Tanques y América y la de muchos otros grupos y organismos que van contra el mal gobierno y ya no creen en los partidos ¡Órale! raurubio@gmail.com