POR DANIEL BUTRUILLE
“El Bronco”… a mí me deprime… Meade, viene siendo el “Pripila” … con una pesada losa a las espaldas… Anaya… ”tiene la empatía de un alienígena”… Y AMLO… nomás -un ruco displicente, limitado e infantil”. Esto es en resumidas cuentas la opinión del genial caricaturista Calderón bajo el título no menos genial de “E pluribus ni unum”, ¡de todos no se hace uno! Como si esto no fuera suficiente para amargarle a uno un domingo tan bonito y despejado, en la página de enfrente, el abogado Salvador Benítez nos despacha: “Lo más grave es que después de todo este largo y costoso proceso no tenemos más de dónde escoger, es decir, iremos a votar no por el menos malo. Sino por el que consideremos menos corrupto”. ¿Amarguras domingueras de intelectuales desilusionados? ¿Excusas para no ir a votar el próximo día 1º de julio? No. Salvador Benítez tiene a bien concluir con “Esta triste realidad de la política mexicana no nada más se da en la contienda presidencial, sino en muchos otros niveles. No estamos haciendo otra cosa que reflejando la gran crisis institucional y de valores que vive nuestro País”. Esta es la herencia de un sexenio en el cual se institucionalizó la corrupción cómo sistema de gobierno, en medio de una pobreza intelectual desesperante y de una impunidad que dejó a la Justicia en el banco de suplentes, sin oportunidad ninguna de mostrar su existencia. Un sexenio que marcó el punto de no retorno y que abre las puertas a todas las reacciones. Que se quejen los responsables de esta pérdida de mesura en el saqueo del país y de sus instituciones. Salvador Benítez no quiere ser tan pesimista al final e invita: “Sin embargo, y a pesar de todo, vayamos a votar”. Pero aclara: “Al menos en las otras elecciones federales y locales, si analizamos cuidadosamente, encontraremos candidatos dignos de nuestra confianza.” Quizás de estos otros candidatos saldrá quien llegue a ser algún día un líder confiable y respetable para conducir esta nación. butruilled@hotmail.com
