POR ROBERTO GUILLEN
Nimbado con el adjetivo de lo magistral, se nos apareció el escritor Juan Villoro en el Centro Cultural Universitario Colegio Civil, donde ya lo esperaba un recinto abarrotado, ávidos por escuchar la invención de la risa, una tradición que ya germina en las letras de Carlos Monsiváis y Jorge Ibarguengoitia.
Estamos hablando de un banquete de conferencia que barrunta el despegue de la feria UANLEER, que potencia la esencia de la Universidad y que exalta el perfume del Humanismo:
Antes de iniciar la conferencia, les voy a pedir que nos ayuden con su firma para apoyar a los pueblos originarios, en la candidatura de Mary Chuy Patricio.
***
Revestido con un frenesí por departir de las letras mexicanas, el autor nos describe la Desgarradura como una tradición manca que Monsiváis observa en El Luto Humano, El Llano en Llamas, Muerte sin Fin, La Muerte tiene Permiso. Es decir, hay que ir más allá de la herida joséalfrediana. Hay que incubar las páginas de la ironía, el columpio del sarcasmo. Ante la ominosa presencia del vecino imperial, hay que atentar contra nuestro mundo lacrimoso. Hay que documentar nuestro optimismo.Sí, hay que sacar el fistol, por mi madre bohemios.
***
Si el Humor en las letras de Ibarguengoitia serpentea como una explosiva pirotecnia que frisa con el desparpajo y el pitorreo,Monsiváis no discurre sin una plataforma de contenido Ético. Pero ha germinado la invención de la risa. Las letras de Ibarguengoitia ya empapan a la generación. Golosinamente viajan en el tiempo, y al advertirlo Monsiváis, se redescubre en el Placer de Reir. De ejercer el humor por el gusto de ejercerlo. De estallar de alegría, tal como lo provocaba el Groucho Marx de Monterrey.
Ibarguengoitia y Monsiváis enriquecen y deconstruyen nuestro mapa cultural.Revitalizan una tradición que Villoro despliega con delicia magistral.
poderybellezaplus@gmail.com
