POR XAVIER ARAIZA
Cuando todo parece oscuro y domina la mentira y el simulacro, salta la liebre de la realidad y los pueblos se rebelan contra el orden imperante.
En los peores momentos del exilio, la depresión y el aislamiento a que fue sometido por el despótico zarismo ruso, Lenin escribió: «Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria».
Antonio Gramsci, el gran pensador italiano recluido en la cárcel por el dictador Mussolini, escribió que en las peores condiciones sociales y políticas era necesario mantener la dialéctica del «pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad».
Ni el nazismo, ni el fascismo, ni el estalinismo, ni los regímenes totalitarios de todo tipo han sido eternos. Como no lo será el tragicómico régimen imperial de Rico Mac Trump.
El salvaje neoliberalismo global, el nacionalismo fascistoide y el priismo autoritario, están en decadencia: se exhiben con la contradicción insuperable entre sus dichos y sus hechos.