ROBERTO GUILLEN
Obviamente, sería la Dignidad contestataria del maestro Luis Martín, lo que nos daría la pauta para escribir unas líneas en torno a ese legendario teatro que hoy está convertido en algo así como una funeraria…de la Imaginación. Osea, osea, pasan los descafeinados gobiernos del PRI, del PAN y ahora del MC, y no más no abren el telón, ni le ponen cariño dramático al Teatro José Calderón. Como dice el poeta Mario Benedetti, tan solo ven a la cultura como un mero florero de ornato. Y en un afán de verse magnánimo y superlativo, el gobierno de Samuel García, nos vende la idea de una “Secretaría de Cultura”. Pero pasas frente al Teatro Calderón y lo que encuentras es un escenario fúnebre. Precisamente apenas hace unas 24 horas el calendario de la convencionalidad marcaba el 27 de marzo como el día mundial del teatro, una fecha para fustigar la dignidad de un Luis Martín, quien nos anuncia que los teatros están muertos, perdón, perdón, cerrados. Curiosamente antes de leer la arenga del director de teatro, había caminado frente a ese inmueble, ubicado en Juárez y Tapia, un territorio que ya es pasto de la gentrificación. Es decir, el Teatro Calderón quedará como un damnificado en la Bizarra Manhattan Regiomontana . Pareciera que su destino esta echado: convertirse en un insulso OXXO más de la ciudad o en un mero huérfano bajo las imponentes torres de la gentrificación.
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Conseja para el Alejandro el Magno de los Oxxos:
El desarrollador que desarrollare el Teatro Calderón, será un gran desarrollador.
EL TEATRO CALDERÓN O LA FUNERARIA DE LA IMAGINACIÓN
