POR ROBERTO GUILLEN
Más allá de sí misma, más allá de que no comulga con la seductora doctrina del pasamontañas, la zapoteca Eufrosina Cruz Mendoza va por la vida dejando una estela de Indignación por la ancestral explotación en que han sido sometidos los pueblos indios.
Soy Mujer
Soy Indígena, y estoy orgullosa de serlo
Entendi que tienes que arrebatar tus derechos
Y que tienes que construir tus propias oportunidades
Así se expresa en la sala de sesiones de la Comisión Estatal Electoral, donde ha venido para pronunciarse contra la violencia política, dentro de los 16 días de activismo institucional, organizado por el mencionado organismo.
Con un filamento poético que nos hace vibrar, Eufrosina nos describe el magro destino al que esta sometida una mujer oaxaqueña, muchas veces obligadas a casarse a los 12 años, como una mera mercancía redituable.
Nos retrata su infancia con los humildes huaraches que su madre le tenía que adecuar con un machete.
Eufrosina ansiando conocer lo que le ha sido arrebatado. Eufrosina seducida por los tonos de una lengua que no conoce:
De niña, mi sueño era hablar como mi maestro. El me enseñó a ser una mujer rebelde.
Y la semilla de aquel magister, que caminaba 10 horas para llegar hasta la escuela de Eufrosina, un día germinó:
“Yo decidi rebelarme contra mi papá y mi entorno…y me converti en la loca… uta, me dicen hasta lo que no…toda mi vida me he vuelto un problema, sí, se que soy una intrusa.
El empoderamiento de Eufrosina también se traduce en un lenguaje crispado , espontaneo y de índole rupturista, muy a pesar de su experiencia como diputada panista.
Ella encarna la Identidad de un pasado prehispánico que ahora irrumpe entre una pretendida sepultura conocida como “los usos y costumbres”
Como la heroína de Esquilo, también se rebela contra su cacique ancestral
Eufrosina Poesía Eufriosina
“Mi padre me enseñó a arar la tierra…Mi padre me enseñó a Respetar la Tierra….
E u f r o s i n a Identidad E u f r o s i n a