Tomado del muro de César Valdez, Periodista y activista
Estando presos Jesús y Ricardo Flores Magón, su madre se encontraba en trance de muerte. “Algunos amigos gestionaron ante el mismo Porfirio Díaz que los hermanos despidieran a su madre”, de modo que el tirano mando a un propio:
-El Presidente los dejará libres con una pequeña condición.
-Una condición que yo tengo que cumplir, ¿no es eso?
-El Presidente sólo quiere que usted le pida a sus hijos, como su última voluntad, que dejen de atacarlo.
Afuera caía la lluvia. Margarita habló con voz tranquila.
-Dígale al Presidente Díaz que prefiero morir sin ver a mis hijos. Y lo que es más, dígale que prefiero verlos colgados de un árbol a que se arrepientan de lo que han hecho o retiren un palabra de lo que han escrito.
El hombre, levantándose, respetuoso, salió en silencio, subió a su coche y partió. Nada había que añadir. Hasta el último minuto, la madre decidía la suerte de sus hijos. Había vencido la adversidad y ella encarnaba todo lo que un pueblo humillado podía dar de sí en las peores calamidades.
-Mis hijos, mis hijos -decía tendiendo su mano helada a Enrique que la tomó frotándosela suavemente.
Media hora después estaba muerta.
Fernando Benítez
Lázaro Cárdenas y la revolución mexicana I.- El porfirismo
FCE. México, 1978. Página 83