POR RAÚL A. RUBIO CANO
El 16 de agosto del presente, el periódico El País informaba que: “Estados Unidos y México anunciaron este miércoles un ‘agresivo’ plan para combatir los carteles de droga mexicanos, que incluye establecer un equipo de investigación conjunto con base en Chicago. Este grupo creado por la Agencia Antidrogas de EE UU (DEA) y la Procuraduría General de la República (PGR) mexicana dedicará sus esfuerzos a debilitar a los líderes de las organizaciones criminales ‘de alto nivel’ y atacar su infraestructura financiera. “Esta es una cooperación sin precedentes”, dijeron las autoridades de ambos países durante una rueda de prensa en Chicago”. Toda una necesidad vital este combate a las drogas, si el gobierno del presidente Trump quiere sanear la población de su país para llevarla al trabajo productivo y mejoramiento de su economía, basta sólo indicar que Estados Unidos se ha declarado en emergencia sanitaria ante la ola de adicciones a los opiáceos, y por lo tanto se padece la peor situación que rebasa a la crisis en el consumo de las drogas que se vivió en los años 80 del siglo pasado. Y agrega el citado artículo: “México es la principal ruta de la cocaína que llega a Estados Unidos y se ha convertido en el mayor abastecedor de heroína, lo que está impulsando la epidemia de muertes por consumo de opiáceos en el país vecino. También es un importante proveedor de metanfetaminas. El consumo masivo de drogas arroja preocupantes cifras: 64.000 estadounidenses murieron en 2016 producto de una sobredosis. ‘No es solo un problema de Chicago, es un problema nacional. En realidad, es un problema internacional’, sostuvo Brian McKnight, agente especial a cargo de la División de Campo de la DEA en Chicago. El nuevo equipo especial buscará ‘romper las cadenas de valor de las organizaciones, como lo son las rutas del mercado de drogas y armas’. Las autoridades no detallaron los recursos humanos o económicos que se destinarán para el propósito de la tarea. En México, la situación también es preocupante. El país ha cerrado 2017 con una tasa de 25 asesinatos por cada 100.000 habitantes, superior a la de Colombia, y ha superado las cifras durante los peores años de la guerra contra el narcotráfico iniciada en 2006. Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo de México, ha propuesto desde la campaña una amnistía para paliar la crisis de seguridad que atraviesa el país, la peor desde que empezaron los registros hace dos décadas. La fragmentación de los grupos criminales y la diversificación del negocio han disparado la violencia en los últimos meses. Washington quiere ser considerado en este viraje en materia de seguridad propuesto por el futuro Gobierno mexicano, han dicho fuentes a diversos medios.” El grupo de intereses económicos en el que se mueve Trump van por una reactivación productiva del capital; muy diferente a los intereses que mueve el financiero de Soros, Bush y hasta Salinas para el caso de México; estamos viviendo la gran guerra contra el Narco ¡Órale! raurubio@gmail.com