Era una Beretta, una 22 Pietro Beretta. Primero la colocó en la mesa, la presumió, luego la acomodó en mi mejilla izquierda. Jaló del gatillo y me dijo: te vas a ir a la merga con el verano…
No sé porque pensé en Lalo Mora, recordé que a mediados de los noventas lo conocí en corto, cantando “aguanta corazón”.
Pensé en el ídolo e inevitablemente pensé en Laurita Garza. Esta pinche morra le va a jalar concluí.
Ella era cholilla, nada que ver con la música norteña, a lo mejor una que otra cumbia rebajada.
Me colocó la Beretta en el cachete, me mentó la madre y se largó del Bar Mancera.
Hoy recuerdo lo que una vez me dijo del amor: el amor es como el verano, una ilusión que te ilumina maravillosamente, te empapa y se marcha, el amor al igual que el verano es un espejismo colectivo. Un sofisma que está en el imaginario de los solitarios.
Volví al Mancera y Agustín Lara me sigue escarbando el alma. “Amor perdido…”
Tomado del muro de Flavio Sosa, Poeta y Luchador Social de Oaxaca