Xavier Araiza
Cerveceria Heineken (antes Cuauhtemoc), el Tecnológico de Monterrey, el periódico El Norte, las televisoras comerciales (Televisa, Azteca, Multimedios), el PRI-PAN, la iglesia católica, los clubes de fútbol Rayados -Tigres, tienen la marca de los 7 pecados capitales: la avaricia, la envidia, el orgullo, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.
No todo es malo en la viña del Señor: existe la dialéctica, la evidencia de lo negativo y el lado positivo del sistema basado en la explotación y la acumulación del capital. Sin estas históricas y emblemáticas instituciones conservadoras Nuevo León no sería lo que Es. Como dice en uno de sus manifiestos el poeta surrealista André Breton: su realidad estaría en otra parte, pero no en la «nueva realidad» decretada como acto de magia, que, culpando al Coronavirus, ahora mismo se imaginan los ideólogos de la cultura Marlboro (cuya esencia es el caballo, el sombrero, el habla en tono golpeado y el gesto del Macho) que despachan desde el palacio del gobierno estatal.
Digamos que sin las 7 pecadoras instituciones regiomontanas, no habrían sido posibles la economía que produce pobreza lamentable y riqueza desmedida y aberrante, la educación tecnocrática individualista y mercantilista, el culto fanático a la cerveza y el balón, la banalidad de la sociedad del espectáculo y la información, la politiqueria y sus políticos venales, Marcial Maciel y los millonarios de Cristo. Serían irreales, carecerían de peso real y simbólico.
Los idealistas atrapados en el pensamiento bucólico, cuentan que alguna vez el estado famoso por su imponente Cerro de la Silla (¿será esa la imagen inconsciente, reprimida, de la cultura Marlboro?), fue pacífico, pujante y ordenado, que en la zona conurbada de Monterrey se respiraba aire limpio y transparente, no había caos vial y urbano, ruido desquiciante y contaminación visual, transporte público neurotizante.
Algunos regiomontanos despistados y nostálgicos dicen que la pobreza era invento comunista, que en la sociedad existían pura clase media y ricos de las colonias Obispado y del Valle. Muchos de estos/as idealistas que miran por el retrovisor, en su visión del mundo tienen inoculado el virus polifacético del chovinismo Regio, el racismo, el machismo, la fascinación por el American Way Of Life, y han interiorizado los dogmáticos lemas «Orden, Familia,Trabajo, Matrimonio Heterosexual, Patriarcado», según mandan los manuales del control ideológico conservador de las grandes empresas.
Esas empresas en sus 7 pecados capitales llevan la Mea Culpa.
Pero no todo es negativo: durante el siglo XX y XXI a Nuevo León llegaron a vivir ciudadanos mexicanos y extranjeros con otras culturas, ideas y costumbres (liberales, izquierdistas, anarquistas, ateos, budistas, protestantes, mormones…) que no rinden culto a los héroes del capitalismo local que carga con una grave contradiccion: es a la vez tecnológicamente moderno e ideológicamente parroquial.
En el proceso del deterioro capitalista y sus lacras históricas, hoy la zona metropolitana de Monterrey se muestra violenta, desquiciada, caótica, rumbo al imperio de la ley en la selva. Se salvará de la debacle sólo si surge la rebelión libertaria de los ciudadanos que harán una revolución y transformaran las 7 instituciones regiomontanas que no niegan la cruz de su parroquia y en sus 7 pecados llevan la penitencia.
Las cartas están echadas: Nuevo León sufre la decadencia y depredación del sistema capitalista internacional, hoy en estado de agonía.
O hay una revolución socialista libertaria y democrática, o el género humano desaparecerá del planeta.
Desde el Cerro de la Silla se divisa el panorama futuro.