ROBERTO GUILLEN
Queridos lectores, hace ratito tuve la bella oportunidad de presenciar uno de esos eventos literarios de catadura internacional, como los que suele organizar la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en su acto inicial. Hablamos de una editorial que se ha convertido en la corona de la misma Literatura. Hablamos de una editorial que se ha convertido en una distinción para la feria UANLEER . Sí, la Universidad Autónoma de Nuevo León como un islote para posibilitar la Cultura del Libro;una Institución que reconoce el gran catálogo de la editorial Anagrama y la misma trayectoria de su creador, Jorge Herralde.
En el homenaje a la gran trayectoria de Herralde, Luis García Montero. director del Instituto Cervantes, nos habla de los fenómenos coyunturales que han pretendido marcar una pauta – y una moda – en el gusto de las letras, como lo es el mundo anglosajón, habilitando la maravilla de los gadgets…»pero tenemos el caso de la Literatura Francesa, que ha pasado el tiempo, y sigue prevaleciendo como una gran literatura».
El tono de Garcia Montero nos habla de un ilustrado que ha mamado la crema del castellano en las mejores plumas de España. Una autoridad para decir que a la editorial Anagrama, que no ha sucumbido a las modas, le corresponde la rúbrica de una legitimación cultural, ante los poderes salvajes del neoliberalismo.
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Anagrama: como un faro ante la degradación mercantilista de la Literatura.
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Juan Villoro nos habla de la importancia en decir NO. Ante los cuatro mil títulos que conforman Anagrama, piensa en la inmensa hojarasca de intentonas que se quedaron en el camino. El rigor de un amante de la Literatura que no cede ante la «progresiva mercantilización del mundo».
