Hoy que regresábamos de dar un paseo
por la carretera del sur,vi un hombre muy guapo,
Desde hace tiempo mis deseos sexuales están
adormecidos por las drogas que controlan
mi enfermedad, así que al ver al hombre
no lo deseé, pero sentí nostalgia de la lujuria.
Hesido un hombre lujurioso toda la vida,
y promiscuo,además, lo cual por estos días
está muy mal visto, pero que en mis años
¡mis años!
fue aprobado incluso aplaudido.
Pero vivimos en estos días de falsa moralidad
y está bien -el fiel de la balanza se inclina
hacia la derecha como ayer se inclinó
hacia la izquierda. Son los tiempos.
Una tarde de mis años, al acercarse el crepúsculo,
encontré en la calzada a otro muchacho guapo
y en seguida nos ligamos abrumadoramente
atraídos el uno hacia el otro, aunque turbados
por la rapidez con que se sucedieron el encuentro
y el arrobo.
Para llegar a mi casa había algunas desviaciones,
pues estaban construyendo un puente sobre
una avenida principal, y tuvimos que rodear
La construcción por calles oscuras y sin pavimento.
“Se me hace que me quieres emborrachar
con tantas vueltas, como los coyotes a las gallinas”,
me dijo medio enserio, medio en broma,
y ambos nos reimos de su ocurrencia
Fue una delicia arrancarnos casi las camisas
apenas al cerrar las puertas de mi apartamento.
Como un aperitivo que sobraba, yo puse una
película porno en la televisión e inmediatamente
empezamos a hacer el amor como si fuéramos
a caballo en una carrera de competencia.
Cuando terminamos, la pareja en la pantalla
continuaba haciendo sus malabarismos.
Mi muchacho comentó,todavía jadeante:
“Terminamos antes que ellos”.
Eran otros días, de estos de ahora.
Por eso hoy sentí nostalgia por la lujuria
dormida,por aquellos años de uvas
idos para siempre en la vorágine del fin de siglo.
JORGE CANTU DE LA GARZA
POESIA GAY REGIOMONTANA
EDITORIAL OFICIO
