ARISTEO JIMENEZ
Don Pantaleón es un hombre jubilado que vive sólo en un jacal de adobes con techo de palma, cerca del Río Pablillo. Es viudo y los diez hijos viven en USA, y no quieren saber nada del padre, por la mala vida que le dió a su madre, por eso se fueron huyendo. De compañía tenía una perra que le dió quince perritos en tres paridas, los cuales repartió entre sus vecinos. Un día se aburrió del can e intento deshacerse de él . En el primer intento, subió a la perra en su camioneta, fue y la aventó a la plaza principal de Linares, cuando regresó a su casa ya estaba el animal esperándolo en la puerta, había regresado primero. La segunda fue cuando la amarró en la vía del ferrocarril que va a Tampico, ese día el tren se descarrilo doscientos metros antes, cuando llegaron los trabajadores de las vías la vieron amarrada y la soltaron. En el tercer intento, le ató las patas con un block y la arrojó al agua del río. Como el mecate era del tendedero, estaba asoleado y podrido, por lo que la perra uso sus afilados dientes y se soltó en unos segundos. La cuarta vez casí logra matarla, desde un puente peatonal la aventó al paso de los vehículos, un médico que manejaba un auto pequeño, le alcanzó a pisar una pata, se la llevó para su casa y la curó. Hace unos dias Don Pantaleón sufrió un infarto y lo llevaron a una pequeña clínica propiedad de un doctor compadre suyo. Convalece en un cuarto donde no recibe la visita de nadie. Ayer —-la pinta, su mascota ——–encontró a su antiguo amo enfermo en el lugar que ahora es su nuevo hogar, ahi permanece en la puerta, cuidando a su verdugo: Don Pantaleón.