ROBERTO GUILLEN
En la monday party del viejo Domínguez flota la delicia del mexicanísimo sarcasmo, con eso de que en lunes ni las gallinas ponen; pero no, a la mansión del toro estrella del for sale,ubicada en Las Cumbres, van cayendo los habituales del centro cultural La Bolita, algunos de ellos, ya vetados por sus epilépticos desfiguros.Bajo un carrizal tratan de burlar los perrunos rayos del sol, mientras sus gargantas, sus carcajadas y una luminosa comunitaria ligereza amortiguan los 75 años de aquel viejillo díscolo que en una ocasión se dio el lujo de mentarle la madre a los gringos en el mismo consulado. Su aniversario es sazonado con una feria de chascarrillos que sintetizan nuestra identidad festiva, tan extraña y exótica para las mentes europeas cinceladas en la disciplina cuasi-monástica. Apenas son las dos de la tarde y todos nos mofamos de todos.Nos invade una espuma de Alegría.Que explota con ese charming que se carga el Beto Gonzalez,un habitual de la Bolita que lo distingue un peculiar estilo para sazonar su charla sin faltar un trago de tequila:
¿Pues no que en lunes ni las gallinas ponen?
Oye Domínguez, a veces me preguntan:
A qué te dedicas?
Pues a gastar el Dinero…ahhh, esta cerveza me está cayendo a toda madre, se me hace que ya se chingo la semana…aahhh
LA MONDAY PARTY DEL VIEJO DOMINGUEZ
