ROBERTO GUILLEN
Aahh…mira.. Ella es Pilar Diosdado. Al instante sentí ese bello filamento de la vida flotando en mis párpados: El Perfume de la Sorpresa. Que sin reflectores y otras banalidades, ha venido a solidarizarse con el grupo de ciudadanos que durante cuatro años persistieron en su lucha por recuperar la frecuencia de Opus. Se muestra jovial y alegre por el triunfo netamente ciudadano. Recuerda al jazzista Oscar Senzei y con la mirada acaricia el cielo, mientras emite una palabra inaudible. A la guitarra la acompaña el heredero del mismo Senzei. Es decir, Opus se reviste como un misterioso puente generacional que no puede estar obstaculizado por las políticas erróneas de gobernantes pigmeos y su concomitante caterva de canallas oportunistas. La estampa es belisssima: una efigie luminosa flota con el bossanova, entre el Palacio de Cantera y el Art Deco del Lab Ciudadano. Y como fondo escenográfico la maravillosidad del Cerro de la Silla.
El Bossanova de Pilar Diosdado nos musita una dulce revelación: no todo es futbol, ni carne asada…